En la edición del pasado 29 de marzo del 2010 del periódico La Opinión de Málaga se publicó un artículo suscrito por nuestro Hermano Mayor y titulado “La gran familia de los Estudiantes” (http://www.laopiniondemalaga.es/pi-lunes-santo/2010/03/29/gran-familia-estudiantes/330297.html).
Aprovechamos este blog para reproducir el contenido de dicho artículo (el cual acompañamos con fotos de nuestro desfile procesional del año 2010 publicadas en el citado diario La Opinión de Málaga)
PABLO ATENCIA La Semana Santa de Málaga, y más concretamente la cofradía de los Estudiantes, ha marcado mi vida desde mi infancia, de forma tan intensa que mis primeros recuerdos se remontan a cuando apenas tenía tres años de edad. Entonces salí por primera vez como nazareno gracias al esfuerzo de mi hermano Manolo por conseguir una túnica para su ´hermano menor´ que, con el paso de los años y por ironías de la vida, se convirtió en su hermano mayor.
Recuerdo perfectamente la mañana del Lunes Santo de aquel año asomado al balcón de casa junto con mis padres en la calle Alcazabilla, curiosamente la misma calle en la que finalmente se ha construido la casa de hermandad de Estudiantes, preocupado por la amenaza de lluvia.
También recuerdo aquellos años en los que iba con mi hermana Inma a recoger mi túnica de nazareno, primero a calle Marqués de Guadiaro, después a calle Lazcano y calle Granada, y finalmente a calle Alcazabilla así como al tinglao de la plaza de la Constitución, para estar rodeado de todos los que considero como parte de la gran familia de Estudiantes, y de los que tanto he aprendido.
Ahora, y desde la perspectiva de los años, me acuerdo de mi padre ´en el Cielo´ y de mi madre ´en plena actividad cofrade´, valoro lo que recibí de ellos, y me imagino cómo disfrutarían entonces de vernos a mí y a mis hermanos continuando con la tradición cofrade familiar, del mismo modo que ahora disfruto con mi mujer cuando el Lunes Santo vemos a nuestros hijos vestidos de nazareno participando en el desfile procesional de la cofradía, como exponentes de la quinta generación de cofrades de la familia, en nuestra Málaga.
Cada año es igual y cada año es diferente a la vez, y por muchas cosas que pueda vivir en mi vida, estoy convencido de que no habrá nada para mí que me llene de forma tan plena como la cercanía a la cofradía y a su gran familia cofrade en torno a las advocaciones del Santísimo Cristo Coronado de Espinas y de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, que siempre me ayudan a ser feliz, si se entiende que la verdadera Felicidad (con mayúsculas) reside en estar cerca de Dios.
Aprovechamos este blog para reproducir el contenido de dicho artículo (el cual acompañamos con fotos de nuestro desfile procesional del año 2010 publicadas en el citado diario La Opinión de Málaga)
PABLO ATENCIA La Semana Santa de Málaga, y más concretamente la cofradía de los Estudiantes, ha marcado mi vida desde mi infancia, de forma tan intensa que mis primeros recuerdos se remontan a cuando apenas tenía tres años de edad. Entonces salí por primera vez como nazareno gracias al esfuerzo de mi hermano Manolo por conseguir una túnica para su ´hermano menor´ que, con el paso de los años y por ironías de la vida, se convirtió en su hermano mayor.
Recuerdo perfectamente la mañana del Lunes Santo de aquel año asomado al balcón de casa junto con mis padres en la calle Alcazabilla, curiosamente la misma calle en la que finalmente se ha construido la casa de hermandad de Estudiantes, preocupado por la amenaza de lluvia.
También recuerdo aquellos años en los que iba con mi hermana Inma a recoger mi túnica de nazareno, primero a calle Marqués de Guadiaro, después a calle Lazcano y calle Granada, y finalmente a calle Alcazabilla así como al tinglao de la plaza de la Constitución, para estar rodeado de todos los que considero como parte de la gran familia de Estudiantes, y de los que tanto he aprendido.
Ahora, y desde la perspectiva de los años, me acuerdo de mi padre ´en el Cielo´ y de mi madre ´en plena actividad cofrade´, valoro lo que recibí de ellos, y me imagino cómo disfrutarían entonces de vernos a mí y a mis hermanos continuando con la tradición cofrade familiar, del mismo modo que ahora disfruto con mi mujer cuando el Lunes Santo vemos a nuestros hijos vestidos de nazareno participando en el desfile procesional de la cofradía, como exponentes de la quinta generación de cofrades de la familia, en nuestra Málaga.
Cada año es igual y cada año es diferente a la vez, y por muchas cosas que pueda vivir en mi vida, estoy convencido de que no habrá nada para mí que me llene de forma tan plena como la cercanía a la cofradía y a su gran familia cofrade en torno a las advocaciones del Santísimo Cristo Coronado de Espinas y de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, que siempre me ayudan a ser feliz, si se entiende que la verdadera Felicidad (con mayúsculas) reside en estar cerca de Dios.
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