viernes, 8 de enero de 2010

EL EVANGELIO DEL DOMINGO


Lectura del santo evangelio según San Lucas 3, 15-16. 21-22

Jesús se bautizó. Mientras oraba, se abrió el cielo

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: "Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego."
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto."


Notas bíblicas

Ya en Adviento se nos presentó la figura de Juan, a quien Lucas evita llamar "el Bautista". En su relato, Jesús es bautizado -no dice por quién- tras el encarcelamiento de Juan (versículo 20, que no se lee hoy).
Lucas insiste en que Juan no es el Mesías y en distinguir el bautismo de conversión de Juan y el del Mesías, cuyo bautismo infundirá el Espíritu Santo (versículos 15-16).
Llama la atención que Jesús se someta a un bautismo de conversión y de perdón (ver verso 3).
Lo más importante ocurre tras el bautismo de Jesús, cuando se pone a orar: se manifiesta el Espíritu Santo y el Padre, quien declara que Jesús es su Hijo (versículos 21-22).
Lucas no precisa si alguien ve la paloma u oye la voz de Dios, que habla a Jesús, no a la gente como en Mateo. Representa al Espíritu en forma de paloma es algo extraño en la Biblia, aunque nosotros nos hayamos acostumbrado, y no es seguro su significado. La frase que pronuncia Dios no es igual en todos los códices: en vez de Tú eres mi Hijo amado, el predilecto, escogida por la traducción litúrgica, hay otra influenciada por el Salmo 2, 7 "Tú eres mi Hijo, hoy he engendrado"

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