
Un año más, la clásica comida de portadores nos ha reunido en la Casa de Hermandad, en torno a una rica berza con su pringá y una olla de callos.
Se ha repetido la clásica ílusión de la entrega de tarjetas con los puestos de los portadores.
Enhorabuena a los nuevos portadores que este Lunes Santo van a vivir una experiencia inolvidable para el resto de su vida.
Los tronos llenos y Overbooking en el Submarino de la Virgen auguran un espléndido procesionar de nuestros Titulares sobre los hombros de nuestros Hermanos.
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